31.8.07

Apple


He vuelto a conectar un monitor externo al iBook para verlo todo más grande (estoy algo cegata). La definición o nitidez del texto como que no era muy buena así que, tras largo rato de experimentos con la configuración del monitor, parece que medio conseguí "definir" los bordes del texto para que se leyera mejor. Aún así, no terminaba de estar contenta con el resultado.

Esta mañana me levanté y todo se veía mejor. Cualquiera diría que una noche de reposo le sentó bien al monitor.

Pero no.

La diferencia estaba en mi cara. Me había puesto las gafas.

Aprovecho la anécdota chorra para enseñaros mi nueva alfombrilla de ratón Apple (only for freaks).

Besos y cosas de la topa torpona,

AL.

28.8.07

Mis pinitos en la cocina







Pues eso, que me voy animando poco a poco a cocinar algo. Ya va siendo hora de aprender, ¿no?.

Como decía la madre de una amiga: "Si sabes cocinar, coser y planchar, con quien tu quieras te podrás casar".

Menos mal que no pretendo casarme... : p

Besos y cosas, dulces y saladas,

AL.

24.8.07

EL INFIERNO



Un profesor un poco cachondo de Termodinámica había preparado un examen para sus alumnos. Este tenía una sola pregunta: "¿Es el Infierno exotérmico (emite calor) es endotérmico (absorbe calor)? Justifica tu respuesta.

La mayor parte de los estudiantes escribieron su respuesta basándose en la Ley de Boyle (el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime) o alguna variante. Un estudiante, sin embargo, respondió lo siguiente:

Primero, necesitamos saber cómo varía en el tiempo la masa del Infierno. Así, necesitamos saber la frecuencia con la que las almas entran en él y la frecuencia con la que salen. Opino que podemos asumir sin ninguna duda que, una vez que un alma ha entrado en el Infierno, ya no sale nunca más. Así pues, no hay frecuencia de salida. Para calcular cuantas almas entran en el Infierno, tengamos en cuenta las distintas religiones que existen hoy en día en el mundo.

Algunas de estas religiones afirman que, si no eres miembro de ella, irás al Infierno. Debido a que hay más de una de estas religiones y teniendo en cuenta que una persona no pertenece a más de una religión al mismo tiempo, podemos afirmar que toda la gente y todas sus almas van al Infierno.

Con las tasas de natalidad y mortalidad llegamos a la conclusión de que el número de almas que ingresan en el Infierno crece exponencialmente.

Ahora miramos la variación del volumen del Infierno debido a que a la Ley de Boyle establece que, para que la temperatura y la presión en el Infierno permanezcan invariantes, el volumen de este se tiene que expandir según se van añadiendo almas. Esto nos da dos posibilidades:

Si el Infierno se expande a una velocidad más baja que la frecuencia a la que entran las almas, entonces la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que este reviente.
Por supuesto, si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la frecuencia de entrada de almas, entonces la temperatura y la presión caerán hasta que este se congele.
Así pues, ¿cual es la conclusión?

Si aceptamos el postulado que enunció mi compañera Theresa Banyan en el primer año de carrera y que decía algo así como: "El Infierno se congelará antes de que yo me acueste contigo", y dado el hecho de que todavía no lo he conseguido entonces el enunciado número 2 no puede ser cierto así que la respuesta es:


"El Infierno es exotérmico"


P.D.: el alumno obtuvo Matrícula.


20.8.07

oink!



¿Está bien comerse un cerdo que piensa que su vida sólo tiene sentido si alguien se lo come, una vez muerto y convertido en suculento jamón?

Los experimentos mentales que Julian Baggini nos propone en este libro son pequeños escenarios que plantean dilemas morales o filosóficos de manera muy gráfica y divertida, e invitan al lector a pensar por sí mismo las posibles respuestas.

Desde la paradoja de Zenón hasta la teoría del eterno retorno de Nietzsche, pasando por la contradicción del multiculturalismo o la caverna de Platón, Baggini se pregunta si está bien castigar a alguien por lo que aún no ha hecho, cómo saber si estamos despiertos o dormidos, o si el sexo virtual debe considerarse infidelidad.

Recurriendo a ejemplos cinematográficos, literarios y filosóficos, este libro nos ofrece un entretenido ejercicio de gimnasia mental.

«Este no es un libro de referencia ni una serie de respuestas a viejos enigmas; más bien es una provocación, un estímulo a pensar más. Y es que la imaginación sin razón es mera fantasía, pero la razón sin imaginación es estéril.»

Este es el texto de la contraportada el libro que ocupa mis noches actualmente. Os lo recomiendo. En algunos de sus artículos lleva la racionalidad a tal extremo que provoca la parálisis. Lo cuestiona todo, incluyendo esas cosas que no nos gusta cuestionarnos porque nos incomoda o hace temblar aquello en lo que creemos errónea pero firmemente.

A correr a la librería! Jai!

Besos y cosas,

AL.