6.3.09

Cuentacuentos

Esta mañana apareció una cuenta cuentos en la clase de 4º.

No era una cuentacuentos normal. Llevaba un vestido de colores chillones y una peluca de colores a gritos. La buena señora (pues debería rondar los 60 años) nos traía un cuento con moraleja. El tema era una niña de 8 años muy caprichosa que siempre quería que le comprasen ropa de marca. La moraleja os la podéis imaginar.

Nada más empezar a contar la historia, la tutora del grupo y yo (cada una en una punta de la clase) nos miramos y, como posteriormente nos confirmamos, pensamos lo mismo: "esta señora no sabe dónde está".

Y es que esta cuentacuentos estaba un poco "descontextualizada", vaya.

Que esto no es Maristas, señora.

Que aquí los niños llevan las zapatillas que heredaron del hermano que a su vez las heredó del hermano que a su vez las heredó del primo y que ya se le pueden ver los dedos de los pies al muchacho atravesando calcetín y zapato.

Aquí los niños se lavan en las fiestas de guardar. La ropa que llevan es su segunda piel y la cambian cada estación, como la naturaleza manda.

Aquí la única marca que se ve es la "dolcce banana" de mercadillo, señal inequívoca de pertenencia a la étnica gitana.

En fin, que la buena señora, en un vano intento de evangelizar a estos niños con las "marcas blancas" se ve interrumpida por un par de ellos.

Los comentarios no tienen desperdicio. Reales como la vida misma : )

- Cuentacuentos: ... porque claro, si tenemos dos pantalones iguales, uno de marca y otro no, ¿cuál pensáis que será más caro?
- Niños: el de maaaarcaaaa.
- Baldomero: que vaaaa, so e mentira... si eso va, le quita er pito pa que no suene la alarma y te lo lleva escondío, e de gratis.
- Fernando: o te lo pone, se lo arrancas y te lo lleva puesto.

A segunda hora me voy a la clase de 2º y allí me encuentro con otra cuentacuentos. Ésta mucho mejor, la verdad.

Nada más entrar, me dice el terremoto de la clase (ese que nunca está sentado, que parece una fiera enjaulada, que grita, pega, muerde y gruñe):

- Ricardo: profe, me temo que hoy no vamos a poder dar lengua (dice con una voz seria y apesumbrada). (Se toma unos segundos de reflexión y suelta...)Bueno, mejor, así no os tenéis que dejar la voz explicando (nótese lo concienciado que está con el tema de la garganta de las maestras).

A lo que salta la rusa y dice:

- Diana: sí, si al final nos vamos a ir al patio y... ¡sin haber hecho nada! (cara de felicidad suprema). ¡Genial! (y pega un brinco sobre la silla).

Y colorín, colorado, estos cuentos se han acabado : )

Besos y cosas,

AL.

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