30.8.06

Harta

Estoy harta. Harta de no poder salir tranquilamente de casa sin pensar qué me llevo o qué no por si me roban.

Ayer salí tan felizmente a tomar un helado con un amigo a la plaza de mi barrio. Llegué con un susto de narices y un moratón en el brazo a casa. ¿Hay derecho a esto?

Y no es la primera vez que me pegan un tirón del bolso. La otra vez fue en el barrio de mi madre, que no es ni más ni menos conflictivo que este pues ambos son bastante tranquilos. La situación fue casi la misma: dos chicos y una moto, uno pega el tirón e intenta escapar con el bolso (sin conseguirlo ni aquella vez ni esta) mientras el otro le espera con la moto en marcha unos metros más allá. Aquella vez acabé en el suelo con alguna magulladora en el brazo y la rodilla, esta vez un moratón que me me arde en medio del brazo.

Pero no acaba ahí la cosa. Hace cosa de mes y medio me limpiaron el coche. Sí, pero por dentro. Fui a la playa con una amiga de Madrid que vino a pasar unos días. De hecho, fue el único día que fui a la playa. Es una zona a la que no va mucha gente, suele haber entre 4 y 6 personas pescando y poco más. El coche estaba a unos 20 metros del agua y nosotras vigilando las mochilas. Pues se acercó un todoterreno y en un minuto, chas. Abrió el coche con un aparato electrónico y se llevo todo: PDA, móvil, dinero, reloj y mis CDs. Justo un par de semanas después le pasó lo mismo a Ainalma.

Yo ya no sé qué hacer ni cómo tomarme estas cosas. Desde que volví de Madrid que dejé de llevar bolso. Allí me acostumbré a llevar encima un minúsculo monedero (que nos compramos mi amiga y yo iguales porque a ambas nos los robaron) y el móvil. Y no sé porqué ayer me dio por coger el bolso.

En fin, sólo quería desahogarme un poco. Me voy a dar clase de guitarra que mi alumna me espera (lo que no sé es si despierta o dormida como la última vez : P)

Bueno, besos y cosas...

AL.

26.8.06

¿Quieres un Golden? Di que síiiiiiiiii


Hey! La Golden Retriever de un amigo va a tener cachorrillos. Nacerán a finales de Septiembre en Girona por lo que, tras las 6 semanas de lactancia, estarán "para llevar" a mediados de Octubre. Si te animas a adoptar uno, ponte en contacto conmigo en ALtraste@gmail.com y se lo haré saber. Anímate y salvalos de un futuro incierto.

Besos y cosas, caninas,

AL.

21.8.06

12.8.06

Aterrizando



La ciudad despierta entre motores y voces, entre coches y gentes. Un rayito de sol, huyendo del ruido, se cuela en mi dormitorio buscando paz. Y me encuentra. Yo lo miro con una media sonrisa de esas de no saber si realmente me alegro de que esté ahí. Pero eso le da igual.

Salgo de mi dormitorio sin puerta y de camino al baño enciendo una barrita de incieso en el pasillo. El baño está tal como lo dejé la noche anterior. A veces me sorprenden las cosas más simples. Obviamente, nadie iba a tocar nada, a cambiar nada de sitio. Estoy sola. Para bien, para mal, sola.

Me lavo la cara mientras observo como cada gota huye de mi piel, deslizándose, sin pensar, hacia el lavabo. Las gotas de agua son como lágrimas rápidas, sólo que algo más frescas.

La cocina está oscura. Siempre está oscura. Es así. Enciendo la luz y en el rato que tarda en reaccionar y encenderse, voy preparando el desayuno a oscuras. Hay poco que preparar y hay pocas cosas con lo que es fácil encontrarlas. Desayuno.

Vuelvo a pasar por el pasillo. Ya casi se ha consumido el incieso. Respiro el humillo que queda en el aire y vuelvo a mi dormitorio sin puerta a vestirme.

Momento crítico: y ahora... ¿ahora qué?

Pongo alguno de los 95 discos de Chet Baker que tengo en el disco duro y lo dejo sonando.


Me planteo si ir a comprar leche, porme el Band in a Box y dejarme el labio en el saxo mientras desvarío sobre un Summertime, enchufar la guitarra y arañar un Europa de Santana, transportar el Angel Eyes un tono más alto para tocar a tono con el saxo, escibirlo en pauta o intentar recordar nota por nota de cabeza, terminar de sacar el Bésame mucho de oído, leer, escribir, observar, pensar, escuchar música, imitar a un gato con el violín, hacer uno de tantos intentos de ver la tele, tirarme en la cama de nuevo a mirar el techo, cantar, limpiar, poner la lavadora, planchar, bailar, ordenar lo inordenable, mirar el correo y demás actividades solitarias.

A veces hay que elegir. Yo lo elijo todo. Hasta lo que no elijo.

Echo de menos, aunque no quiera. Echo de menos Madrid, su gente y su jazz. Cuando escuchas jazz grabado es como cuando ese chico que te gusta decide darte un masaje, un masaje por encima de la camisa. Te gusta, te saca una sonrisa. El jazz en vivo es un masaje directo, manos sobre piel desnuda. Te toca. Te hace vibrar.

Han sido unos días regenerativos. He llenado las reservas jazzeras y he vuelto con un swing desconocido que hasta mi saxo nota. Tengo jazz en la cabeza, jazz en los dedos y jazz en los labios. Y tengo un amante dorado dispuesto a dar rienda suelta a todo lo que de aquí pueda salir.

Besos y cosas, jazzeras,

AL.

4.8.06

De Paso




Hay algo que me resulta curioso. A veces, cuantas más cosas me pasan y cuanto más importantes son, más difícil se me hace compartirlas.

Seguramente sea este el motivo de mi ausencia. No es falta de ganas, tal vez sea que me faltan las palabras.

La cuestión es que, si bien este año que aún no ha terminado podría resumirlo en "el año de las pérdidas", tanto a nivel personal como material, también es cierto que de unos meses hacia acá se han dado cambios bastante significativos tanto en mi vida como en mi forma de afrontarla.

Siempre sostengo que "de todo se aprende" y esta no iba a ser una excepción. La lección de estos días podría sintetizarse en un "si las circunstancias te dominan, se te imponen, te bloquean, te anulan... toma el control, decide y cámbialas".

Para una vaga con tanta inercia como la que tengo yo este ha sido un gran paso. Y estoy segura de que no será el último.

Y tras este rollo trascendental que muy posiblemente no termines de pillar (te acompaño en el sentimiento) "sus" cuento "mis vacaciones".

Si tengo que empezar por algo será por un consejo práctico: si vais a Madrid, no lo hagais en coche. Tal vez quede algún rincón de la gran urbe sin zona azul o verde. Yo no la he visto. Es muy posible que sea una leyenda urbana.

Algo que no os podéis perder si sois jazzeros como la que aquí firma: Bogui, un local de lo más acogedor con gente estupenda y conciertos aún mejores. También a considerar si os dan las 4 de la madrugada por Madrid y no sabéis dónde meteros: cierra a las 6 am. Estos días hay jam a cargo de mi querido Nirankar Khalsa (percusionista/baterista) junto a Hector Rojo (contrabajo) y Tony Heimer (piano).

Si tras el concierto/jam del Bogui hay ganas de más: El Junco. Un local en el que se reunen grandes bluseros y jazzeros así como nuevos talentos en jams electrizantes dirigidas por el chispeante Norman Hogue y Rubén Andreu.

En Madrid el que no vibra es porque no quiere.

Besos y cosas, muchas cosas, para todos.

Muá!

AL.