14.1.12

Sobre la Autoridad



En esta aventura que vivo día a día, siendo maestra, encuentro ciertas frases que, como ocurre en todos los colectivos, se repiten. Se repiten año tras año, centro tras centro, compañeros tras compañeros, equipos directivos tras....

"La educación cada vez está peor" 
"Los alumnos no respetan la autoridad"

También escuchas otras muy relacionadas como:

"A los alumnos tienes que ganártelos"
"Si bajas a los alumnos que se portan mal al despacho estás perdiendo tu autoridad"




Autoridad, autoridad y autoridad.

Pero, ¿de qué va eso de "la autoridad"? ¿En qué piensas cuando piensas en "autoridad"? ¿Qué imagen te viene a la mente?


Reconozco que yo soy de las que asociaba la autoridad a un señor alto vestido de negro y con un palo en la mano, alguien que "manda" y que, por algún motivo todos obedecen.

Ahora ya no pienso así. A base de mucho observar y reflexionar, he llegado a encontrar qué es la autoridad para mí (hablo siempre pensando en términos "maestra-alumnos").

Casualmente se parece mucho a la acepción nº3 del diccionario de la RAE:

autoridad.
(Del lat. auctorĭtas, -ātis).

1. f. Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho.
2. f. Potestad, facultad, legitimidad.
3. f. Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.
4. f. Persona que ejerce o posee cualquier clase de autoridad.
5. f. Solemnidad, aparato.
6. f. Texto, expresión o conjunto de expresiones de un libro o escrito, que se citan o alegan en apoyo de lo que se dice.






Tengo claro también lo que NO es "tener autoridad":

- Ser fría y distante.
- Ser rígida y cerrada.
- Ser seria en todo momento.
- Gritar.
- Ordenar, mandar, obligar.
- Humillar.
- "Lo haces porque lo digo yo"

Tener autoridad frente a un grupo de alumnos es tener la tranquilidad, la casi total certeza, la satisfacción de saber que te van a seguir.

Te van a seguir, te van a hacer caso, te van a escuchar, te van a querer, te van a admirar, te van a apreciar y van a sentirse apreciados, queridos, valorados y BIEN tratados por ti. Vas a ser su líder, su modelo a seguir.

Van a lanzarse a tus brazos o te van a sonreír tímidamente desde las faldas de su mamá cuando te vean en el Mercadona.

Tienes autoridad cuando riñes a un alumno y éste baja la cabeza y siente lo que ha hecho. No tienes autoridad cuando riñes a un alumno y te contesta maleducadamente.

Sé que no estoy descubriendo América escribiendo esto pero, me parece que hay mucha gente, por desgracia de mi gremio, que ni saben lo que es la autoridad ni saben cómo conseguirla. Por desgracia eso nos afecta a todos, alumnos y compañeros, pero principalmente a la persona que carece de ella.

Surge entonces la pregunta del millón: ¿y cómo se consigue tener autoridad?
Y la respuesta principal es: no es nada fácil : )

En primer lugar, la autoridad no se "gana" de un día para otro. Hace falta tiempo. Hacen falta interacciones. Hace falta conocimiento mutuo maestra-alumnos. 

A veces nunca se llega a tener autoridad.

Por lo que he aprendido tras mucho observar y leer (hay compañeras que son verdaderos ejemplos a seguir) es que, si los alumnos no te conocen de nada, si acabass de llegar al cole y eres "la nueva", no tienen ningún motivo para considerarte una autoridad para ellos.

En ese caso, cuando hay problemas en el aula, es importante que "alguien" (véase un compañero o el equipo directivo) te apoye y ayude.

"Si los bajas al despacho pierdes la autoridad" <-- Perdona, AÚN no me ha dado tiempo a ganarme "la autoridad".

Decía antes que hay veces que nunca se llega a tener autoridad. Bueno, conseguirla cuesta mucho esfuerzo, sudor y lágrimas (literalmente). A veces puedes llegar a sentirte al borde del infarto o del genocidio. Sí, somos humanos. 




Volviendo al centro de la cuestión: ¿cómo se consigue tener autoridad frente a un grupo de alumnos?

O, al menos, como intentarlo.


- Gritar no te lleva a ningún lado. Cuanto más subas la voz, más la subirán ellos para "oírse entre ellos" que es lo que les interesa. El silencio es un buen arma, acompañado de calma y serenidad: mucho mejor.
- Tratar bien a los alumnos. Parece obvio ¿verdad?. No insultar, despreciar, dejar de lado, ignorar, descuidar. No hablarles "mal". Te devolverán lo mismo. 
- Si los alumnos sienten que les aprecias, que te importan sus problemas, que les escuchas, que les ayudas cuando no saben hacer alguna tarea, ellos te valorarán, te apreciarán y querrán que tú sigas haciéndolo. Simplemente por el miedo a perder ese "cariño de la profe", intentarán no portarse mal o hacer cosas malas. No quieren que alguien a quien aprecian y que les aprecia se enfade o se ponga triste.
- Proporcionarles experiencias atractivas. En primer lugar porque estarán más motivados, te apreciarán porque les haces sentir más contentos y les resultará mucho más fácil aprender.
- Castigos. Básicamente se refieren a "privaciones" de cosas que les gustan. Si no les proporcionas nada que les guste, sólo podrás amenazarles con dejarlos sin salir al patio.
- Mostrar tus conocimientos y habilidades. Desde hacer papiroflexia hasta tocarles una canción o darles una explicación maravillosa sobre un tema de Conocimiento del medio. Enseñarles un juego en grupo o regalarles algo hecho por ti. Si la profe sabe hacer cosas chulas, aumenta su "caché".
- Rectificar cuando te equivoques, pedir perdón. Somos maestros no seres infalibles. Es un ejemplo a seguir. El orgullo no se pierde por pedir disculpas. Eso hay que transmitirlo a los alumnos también con hechos y realidades.
- Sé coherente. No les pidas lo que no les das. No les pidas silencio, quietud y buenos modales cuando tú no paras de gritarles, estresarlos y decirles cualquier mala palabra.

- Aprovecha cualquier resquicio para acercarte a ellos: curarles la rodilla tras una caída, charlar distendidamente durante una excursión, preguntarles por su hermanito bebé que acaba de nacer, cómo les ha ido el partido contra el otro cole. Acercarte no sólo para pedirles deberes y/o reñirles.





Para mí, seguir estas pequeñas conclusiones a las que he llegado, es fundamental porque cada año conozco alumnos nuevos, compañeros nuevos, colegios nuevos y nunca llego a "conocer" bien a nadie. 

Aunque, bueno, realmente no hace falta conocer mucho a alguien para quererle y darle cariño.

Sólo hacen falta ganas.

P.d.: A pesar de todos estos consejos que me doy a mí misma la primera, no siempre se consigue ser una autoridad para todos. De hecho creo que eso es casi imposible. Pero con que consigamos que "nos siga" la mayoría, ya tendremos mucho terreno ganado.

Le dedico este post a mi actual ex-compañera y amiga Elena, una maestra con autoridad y sobre todo con cariño para todos los que fueron, son y serán sus alumnos y compañeros.

Un besazo!


6 comentarios:

  1. ERES UNA AUTENTICA MAQUINA!!!! GRACIAS ES POCO! YA ME HAS HECHO LLORAR Y MIRA QUE NO QUERIA! ESTOY SEGURA QUE TU TAMBIÉN ERES UNA BUENA MAESTRA, NO HACE FALTA QUE TE LO DIGA, CON BUENA ACTITUD, BUENOS SENTIMIENTOS Y COMO TU DICES...AUTORIDAD, AUNQUE A VECES NOS SEA DIFICIL ENCONTRARLA! JAJAJAJA!
    DE NUEVO, GRACIAS!!!!!!!!!! :)

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    1. Bueno, con lo de autoridad te diré que "aún estoy en ello" pero poco a poco se va consiguiendo. La pena es que cuando ya los tienes "dominados" llega final de curso y...
      ... al año siguiente, cole nuevo y vuelta a empezar de cero.

      Muá!

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  2. Como yo siempre digo, el pito y la gorra te lo dan, el respeto hay que ganárselo.
    Por qué no mandas esto por mail a todos tus compas, a ver si se enteran de algo?
    Besos.

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    1. Me temo que a la que le haría falta en concreto no tendrá ni e-mail.

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  3. te tengo que dejar los libros de Rosa Jové, aunque dedicados a padres,..., coinciden con esa SANISIMA visión que veo que tienes.

    por cierto, me permití enlazar esta entrada en una de mi blog.

    besos

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  4. Ah!!!; queria enlazarte esta entrada de una colega tuya.
    me mola mucho


    http://eraseunavezunamaestra.blogspot.com/2011/05/sillitarincon-de-pensar.html

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